Diálogo con una mosca.

Hola, soy de nuevo yo.
Hace mucho que no caminas por aquí, regresaron tus ojeras, esas que siempre llamaban a lo más tortuoso de tus sueños.
Veo que de nuevo estás vacía, rota, y tu salud sale como agua drenada. Y no haces nada.
Tus ojeras cantan, cantan todo el miedo que tienes: a la soledad, el vacío, tu economía y tú físico tan alejado a los estereotipos.
Desde aquí puedo ver qué no te soportas, el mounstro que eres es el que ves, no te lo voy a negar, si llegaste aquí buscando compasión estás en el lugar equivocado.
Tú falta de amor propio lo hace un poco más visible.
Y mírate, ya estás temblando, temblando por aquellos abrazos que jamás serán dados, que jamás te dieron y jurabas no necesitar. Pero esos solo te rompieron más.
¿Recuerdas cuando eras feliz? Claro que no, pues jamás lo haz sido, solo haz bebido de él en instantes compartidos, cuando no estás sola o cuando olvidas quién eres. Pero hoy lo acabas de recordar, y esta vez será más difícil de olvidar.
Cada día, en su momento más cumbre de tus actividades monocromáticas mueres. Y recuerdas que tu vida es solo un suspiro mal dado.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ser Feminazi

El renacer de una adicta.

Espero tus mensajes