Porque un sorbido, no vale nada

¿Sabes que es amar? Es quedarte ebria y sola escribiendo.
Es saber que darías tu vida misma por un momento más con él.
Es tener que releer cada palabra que escribes porque estas muy peda.
Y que no cambiarías nada, porque estuviste en su piel.
Saber que no eres prospecto y que aún así darías todo para que te mirara.
Querer un abrazo más intenso, drogarte más con su aroma, por primera vez en años no tener miedo de decir un secreto, porque sabes que es suyo ahora e incluso, si lo contará, saber que lo contó porque le pertenece.
Dar todo y lo que no tienes por su amor, sonar no caótico tus planes porque suenan a más de él.
Estar confundida porque no sabes si te ama, si eres solo su amiga o si te piensa quizás por sus lapsus.
El saber que prefiera  a otras antes que a ti.
El que no importe, porque cuando decides darte por vencida, te das cuenta que aún sientes tanto.
Y más.
Y si das un paso con él, te imaginas mil universos.
Y mucho más.
Y terminas bebiendo mucha cerveza, para oler más a él.
Y un trago más.
Te enferma esta situación, pero es una droga que te hace sentir viva.
Y mucho más.
Darías lo que no tienes y se lo darías, aunque no lo quiera, aunque no lo piense.
Y mucho más.
Y te das cuenta que vale madre, tu lo quieres, sin importar lo que pase.
Darías tu piel por él.
Darías tu último gramo de amor para dárselo.
Cada canción que escuchas se acomoda a un segundo con él, y la música se vuelve insuficiente.
Solo sabes que lo quieres abrazar y amar, por décima vez.
Porque aunque pienses que será la última vez que lo DEBERÍAS ver, sabes que no será así después de unos tragos.
Porque su piel es tu piel.
Su sentir es tu sentir.
Y es la única persona que entenderá tus historias.
Porque el dolor surge para ser compartido.
Y se lo quieres mostrar a él.
Desnuda.
Sin miedos.
Sin trabas.
Solo quieres amar, sin (una vez más) ser amada.
Aunque te quedes llorando como siempre, quieres oler su aire, sin miedos ni condiciones sociales. Su cabello es suficiente para amarlo eternamente.
Aunque no pases por su cabeza.
El sentir su aliento cerca de su cara, vale para vivir mil días más en el infierno llamado vida.
Solo ámame.
Yo te daré lo que yo tengo.
Por favor, te lo pido.
Te adoro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ser Feminazi

El renacer de una adicta.

Espero tus mensajes