Más allá del amor a un alcohólico.

Hoy nuevamente recuerdo que la cáscara de mi piel no termina de adaptarse con mi ser. Recordé que para ti es muy fácil ir y venir, ya que en todos lados habrán puertas que sin dudar se abrirán para ti... y así me convierto en una locación más para que tú puedas, sin problemas, beber hasta perderte.
Creí que amarte sería mucho más sencillo, tu aliento alcohólico me revitaliza, es el mejor olor de mi mundo. Hace que florezca las flores de mi jardín e incluso haces que mi gato se ponga de buen humor.
Sin embargo hoy me duele tu ineptitud para amar y sobre todo en un mundo que en estas fechas me han dolido más. Así que por ello haré un paréntesis de crear mundos escritos para ti, para reflejar una realidad que duele, pesa y mata la paz interna de mi corazón.
Hace unos días, en México, pasaron una serie de sucesos que nos recuerda que el dolor puede ser comunitario. Traspasando miles de almas haciéndonos sollozar, y recordándonos que tenemos mucho que hacer con nuestro prójimo. 
Primero Veracruz, con niños enfermos de cáncer siendo curados ¡Con agua! ¿Qué acaso existen personas que realmente el dinero los llena a plenitud? ¿Realmente vale la pena volverse asquerosamente rico a costa de vidas humanas independientemente de la edad? Porque a el Gobernador de este Estado, Duarte, no le basto obtener más a costa de enfermos de cáncer, sino también lucro comprando antivirales caducos y pruebas con defectos para personas con VIH.
Después una balacera en el BPM, en Cancún con un saldo de varios muertos y heridos.
En un Colegio, en la ciudad de Monterrey un niño toma una pistola y dispara sin temor contra sus compañeros y maestra, para así, darse un tiro después.
En vez de estar ensimismados todo el tiempo, creyendo que no existe dolor más grande que el nuestro, debemos recordar que somos células en una sociedad y que un pequeño cambio nos afecta a todos. A pesar de la distancia y el tiempo, es una historia que nos foja a todos, que nos moldea e impregna, que duele por amor a aquellos niños que por este mundo globalizado, nos olvidamos de enseñar a amar.
No podemos olvidar el lado biológico, psicológico, por lo que no se intenta en ningún momento justificar este tipo de actos monstruosos a pesar de que hayan sido cometidos por una imagen inmaculada, como lo es la de un niño.
Sin embargo, si enseñáramos  y aprendiéramos a amar, a abrazar a la realidad y aprehender todo aquello que nos llena de virtudes con un Otro, más allá de ser virtuosos solo nosotros por el afán de ser exitosos, podríamos cambiar nuestra historia.
Sigo creyendo que vivimos en un mundo totalmente acelerado en el que sorprenden los actos generosos por ser poco vistos, en vez de que nos sorprendiera la maldad por la misma razón.
Debemos detenernos 5 minutos a pensar cada paso que damos y que a pesar de que decidamos tomar diferentes caminos,  debemos buscar la paz comunitaria.
Porque como dice Calle 13, "si quieres cambio verdadero, camina distinto".
Yo hoy sé, que quiero un México donde no se sufra, donde no tenga que derramar lágrimas por vidas perdidas, dónde sepa que una madre, la cual posee la habilidad de amar sin reclamos, no sufrirá la pérdida de su bebé. Donde no tema que mis seres queridos tengan la posibilidad de perecer, porque lo único que sé hacer bien es amar, y sin anda que amar, quizás me vuelva loca para alejarme de un mundo así.
Y hacia allá va mi camino. Aunque en ese camino pierda ese aliento alcohólico que me eriza la piel.
Deseo con toda mi alma amar más a mi prójimo, más que a mi misma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ser Feminazi

El renacer de una adicta.

Espero tus mensajes