La hija errante.
Sé que nos hemos lastimado muchas veces, y nos hemos distanciado aún más: Nos hemos corrompido y nuestros cachetes no se han juntado en un buen rato. Me duele no ser lo que esperabas y seguir caminos que ni tú, ni yo aún entendemos. Que no he dado los frutos para provocarte alguna alegría, porque aún sigo buscando un camino que no se termina de iluminar.
Me has lastimado muchas veces con ausencias, por preferencias que sin querer, tu miedo a la soledad eterna te han hecho voltearme tu soleada cara.
Y yo busco alguna forma en que te enorgullezcas de mí sin logro, mientras otras personas simplemente con el afán de reír te han sacado mil y un suspiros, y han elevado tu pecho a las nubes.
Hoy con nostalgia sé la vergüenza que quizás te he causado, sin ningún logro y ni un camino que seguir.
La soledad me abraza muchas veces y me susurra el escaso amor que hay entre nosotros.
Lo único don que Dios me ha regalado, es esta prosa sin forma, la vulnerabilidad a la locura, un afán de querer cantar cada que pueda e imaginar historias que jamás he escrito.
Y como es lo único que tengo te escribo esta prosa, como ofrenda de paz y sobre todo de amor. Esperando que esto sirva algún día para llenarte de un orgullo eterno.
Te comparto mi soledad, mi falta de cordura y lo poco que la vida me ha dado.
Te regalo las canciones que aún no he escrito.
Espero que esto te dé un poco de regocijo.
Yo sólo te quiero amar. Y esta vez, quisiera ser correspondida.
Perdón por todos los errores, por ser una persona que por mi corazón volátil, he sido muy errante. Pero no dudes que muchas veces he querido despertar bajo la misma nube que cubre tus sueños.
Mis piernas no saben aún hacia donde dirigirse, lo único que sabe es que quiere buscar una medalla de oro para llevártela una mañana con aroma a café cargado y a pan con margarina.
Pero en lo mientras te regalo estas palabras.
No olvides que te amo.
Siempre.
Me has lastimado muchas veces con ausencias, por preferencias que sin querer, tu miedo a la soledad eterna te han hecho voltearme tu soleada cara.
Y yo busco alguna forma en que te enorgullezcas de mí sin logro, mientras otras personas simplemente con el afán de reír te han sacado mil y un suspiros, y han elevado tu pecho a las nubes.
Hoy con nostalgia sé la vergüenza que quizás te he causado, sin ningún logro y ni un camino que seguir.
La soledad me abraza muchas veces y me susurra el escaso amor que hay entre nosotros.
Lo único don que Dios me ha regalado, es esta prosa sin forma, la vulnerabilidad a la locura, un afán de querer cantar cada que pueda e imaginar historias que jamás he escrito.
Y como es lo único que tengo te escribo esta prosa, como ofrenda de paz y sobre todo de amor. Esperando que esto sirva algún día para llenarte de un orgullo eterno.
Te comparto mi soledad, mi falta de cordura y lo poco que la vida me ha dado.
Te regalo las canciones que aún no he escrito.
Espero que esto te dé un poco de regocijo.
Yo sólo te quiero amar. Y esta vez, quisiera ser correspondida.
Perdón por todos los errores, por ser una persona que por mi corazón volátil, he sido muy errante. Pero no dudes que muchas veces he querido despertar bajo la misma nube que cubre tus sueños.
Mis piernas no saben aún hacia donde dirigirse, lo único que sabe es que quiere buscar una medalla de oro para llevártela una mañana con aroma a café cargado y a pan con margarina.
Pero en lo mientras te regalo estas palabras.
No olvides que te amo.
Siempre.
Comentarios
Publicar un comentario