Mi mamá, la nahual
“Cada vez que le leas la mano, si la persona no te hace caso, se te regresará a ti lo malo que le iba a pasar a la persona 7 veces”. Me encontraba en “Las Rosas”, con la inseguridad que me caracteriza al tener que enfrentarme ante una situación nueva, buscando algo de qué hablar, que inquietara mi mente y mis centros. Sin respuesta aparente ante mis suplicas de que sucediera algo increíble en la plaza, más que parejas caminando, familias con globos de graduación (quizás por las fechas), personas disfrutando de un café y de charlas con personas que previamente las habían citado, pajarillos cantando, uno que otro perro deambulando, etcétera. Los arboles presentaban su habitual verde y las flores no se veían más coloridas de lo común. Siguiendo el caminar de las personas, mi mirada se dirige a una mujer de cabello oscuro, piel morena, que capto mí atención por tener tatuajes semejantes a la de una amiga y por otra característica: tenía un tendido que mostraba aretes con plumas...